Saideke Balai / Warriors of the Rainbow: Seediq Bale
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Sinopsis:
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El pozo de Sadako: puntuación 9/10
La película original se divide en dos partes de un total de 270 minutos, pero John Woo, uno de sus productores ha realizado un corte internacional de dos hora largas, por simples razones comerciales, que es el que se ha presentado en la mayoría de los festivales internacionales, y seguramente el que nos llegaría (si sucediera algún día) a España.
Sin haber visto la internacional, cuando la veamos las compararemos, pero si leyendo algunas de sus críticas y comentarios, por lo que parece se ha optado por presentarnos y centrarse más en la acción que en los personajes, la historia y el drama, eliminando por completo el sentido social, político y cultural de la película. Para nosotros este es el punto más importante y fuerte de la versión íntegra, que es la que nosotros hemos visto y estamos reseñando, versión que recomendamos encarecidamente, y que a pesar de su duración tiene un ritmo endiablado, haciéndose muy ligera y entretenida.
No es excesiva y para nosotros nada sobra, y vemos innecesaria por ello una versión recortada.
El escritor y director Wei Te-sheng nos trae la ambiciosa Seediq Bale, y lo hace con energía y convicción. Una historia épica que se extiende a lo largo de décadas, representando la producción más cara de la historia de Taiwán, y que nos narra la verdadera historia del incidente de Wùshè.
Como su anterior película "Cape No.7", esta cinta ha sido todo un hito en la industria cinematográfica de Taiwán, no solo ganando numerosos premios sino que también ha sido todo un éxito en la taquilla. A pesar de haber pasado por muchas fases esta producción, buenas y malas, llegando a pedir financiación de diversas estrellas asiaticas entre ellas Jay Chou, el resultado es simplemente colosal.
La película originalmente consta de dos partes, "Seediq Bale I: Flag of the Sun" y "Seediq Bale II: Rainbow Bridge", estrenadas con muy poca diferencia una de otra, formando una historia con una duración de más de cuatro horas y media. Estas son las películas que reseñamos, aunque se haya pasado por el circuito internacional un montaje supervisado por uno de los productores del film, John Woo, de menos de dos horas y media.
El director taiwanés llevaba trabajando en este proyecto más de 13 años, en lo que él llamó su proyecto ideal, y no es de extrañar que este orgulloso de ella, es un grandioso film, que muestra el espíritu y la cultura aborigen taiwanesa, y lo que significa ser una persona orgullosa, como se indica en el título de la película, "Seediq Bale" ("hombre de verdad" en la lengua indígena Seediq).
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La película, como no, está narrada desde el punto de vista de los indígenas, de los insurgentes, cuyo orgullo está dañado tras ser humillados una y otra vez por los japoneses, que los ven como salvajes y se propone a "civilizarlos", hundiéndoles en la esclavitud y el alcoholismo.
La película muestra con más o menos fidelidad y mucho respeto la vida tradicional de los indígenas, su cultura, sus tradiciones y sus vidas, así como sus rivalidades y sus rituales. Sus tatuajes, ropas, cánticos y bailes prestan a la película un sello de autenticidad y de emotividad muy especial.
Los momentos más memorables, épicos y pasionales de la película no son las de las batallas, sino las más dramáticas, las más naturales y tranquilas, como los emocionantes cánticos y bailes que muestran la fuerza y honra de estos guerreros hacia sus antepasados, o el conmovedor y durísimo suicidio de las mujeres aborígenes que antes de convertirse en una carga para sus maridos guerreros deciden cruzar el sendero del arco iris que les lleva con sus ancestros.
Seediq Bale no solo es una película sobre la lucha de un pueblo contra su opresor, sino de un pueblo que lucha por mantener sus tradiciones y costumbres locales, que se ven amenazadas por los invasores japoneses, este es el tema más significativo e importante del film. Se muestra un conflicto social y cultural más que un odio puramente étnico.
Este film es todo un homenaje a la nobleza y la abnegación de una cultura perdida, a la vida e historia de los aborígenes de Taiwán y sus tradiciones, a esos bravos guerreros que se esforzaron y sacrificaron por proteger su cultura y sus creencias. Pero no por ello nos los intenta presentar como los típicos "buenos de la película", sino que nos los presentan como a unos personajes orgullosos, arrogantes, violentos y crueles, que desprenden una sensación al espectador más de honor y respeto que de simpatía y afinidad.
Y es que la integridad de la histórica, de los personajes y el drama tienen prioridad por encima de la acción y del fácil favor del público.
El director ha reunido a un elenco extraordinario, que realizan unas actuaciones muy carismáticas y potentes; poderosas, emocionales y expresivos actores, profesionales y no profesionales, de ascendencia aborigen.
A destacar el imponente Lin Ching-tai, que interpreta al líder Mouna Rudo de adulto, un rudo y arrogante jefe, un héroe sin temor y orgulloso de sus orígenes y sus tradiciones, que sufre la vergüenza de no haber podido proteger a su clan y su hogar, y que sabe que está conduciendo a su pueblo al suicidio, a la muerte y a su posible extinción.
Es retratado como un hombre feroz e implacable de tradiciones y honores que cree firmemente en la necesidad de convertirse en un hombre de verdad, en un Sediq Bale, y que espera pacientemente una oportunidad para levantarse contra los japoneses.
Técnicamente es un film imponente, una maravilla visual; la fotografía destaca con naturalidad la belleza de los paisajes, y la dirección sin excesos es impecable y siempre a favor de las emociones de historia y los personajes, optando siempre por el realismo en las brutales batallas.
Se le puede acusar de grandilocuente, pero es idónea para la épica y los sentimientos que desprende y narra el film.
También se pueden criticar los efectos especiales, de notarse los efectos realizados por ordenador en los muy pocos momentos que los utiliza, pero es un defecto menor, con el cual no deberíamos quedarnos, ya que quedan empequeñecidos ante todos los demás aciertos, que no son pocos, que hacen que no prestemos atención, ni demos importancia a estas fallas mínimas y sin relevancia.
En definitiva, Seediq Bale es una película monumental y espectacular, todo un espectáculo que nadie debería perderse. Pero además de eso es una película sombría sobre la cultura y la tradición, un drama muy emocional y pasional, una lección de historia y creencias.
La película original se divide en dos partes de un total de 270 minutos, pero John Woo, uno de sus productores ha realizado un corte internacional de dos hora largas, por simples razones comerciales, que es el que se ha presentado en la mayoría de los festivales internacionales, y seguramente el que nos llegaría (si sucediera algún día) a España.
Sin haber visto la internacional, cuando la veamos las compararemos, pero si leyendo algunas de sus críticas y comentarios, por lo que parece se ha optado por presentarnos y centrarse más en la acción que en los personajes, la historia y el drama, eliminando por completo el sentido social, político y cultural de la película. Para nosotros este es el punto más importante y fuerte de la versión íntegra, que es la que nosotros hemos visto y estamos reseñando, versión que recomendamos encarecidamente, y que a pesar de su duración tiene un ritmo endiablado, haciéndose muy ligera y entretenida.
No es excesiva y para nosotros nada sobra, y vemos innecesaria por ello una versión recortada.
El escritor y director Wei Te-sheng nos trae la ambiciosa Seediq Bale, y lo hace con energía y convicción. Una historia épica que se extiende a lo largo de décadas, representando la producción más cara de la historia de Taiwán, y que nos narra la verdadera historia del incidente de Wùshè.
Como su anterior película "Cape No.7", esta cinta ha sido todo un hito en la industria cinematográfica de Taiwán, no solo ganando numerosos premios sino que también ha sido todo un éxito en la taquilla. A pesar de haber pasado por muchas fases esta producción, buenas y malas, llegando a pedir financiación de diversas estrellas asiaticas entre ellas Jay Chou, el resultado es simplemente colosal.
La película originalmente consta de dos partes, "Seediq Bale I: Flag of the Sun" y "Seediq Bale II: Rainbow Bridge", estrenadas con muy poca diferencia una de otra, formando una historia con una duración de más de cuatro horas y media. Estas son las películas que reseñamos, aunque se haya pasado por el circuito internacional un montaje supervisado por uno de los productores del film, John Woo, de menos de dos horas y media.
El director taiwanés llevaba trabajando en este proyecto más de 13 años, en lo que él llamó su proyecto ideal, y no es de extrañar que este orgulloso de ella, es un grandioso film, que muestra el espíritu y la cultura aborigen taiwanesa, y lo que significa ser una persona orgullosa, como se indica en el título de la película, "Seediq Bale" ("hombre de verdad" en la lengua indígena Seediq).
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La película, como no, está narrada desde el punto de vista de los indígenas, de los insurgentes, cuyo orgullo está dañado tras ser humillados una y otra vez por los japoneses, que los ven como salvajes y se propone a "civilizarlos", hundiéndoles en la esclavitud y el alcoholismo.
La película muestra con más o menos fidelidad y mucho respeto la vida tradicional de los indígenas, su cultura, sus tradiciones y sus vidas, así como sus rivalidades y sus rituales. Sus tatuajes, ropas, cánticos y bailes prestan a la película un sello de autenticidad y de emotividad muy especial.
Los momentos más memorables, épicos y pasionales de la película no son las de las batallas, sino las más dramáticas, las más naturales y tranquilas, como los emocionantes cánticos y bailes que muestran la fuerza y honra de estos guerreros hacia sus antepasados, o el conmovedor y durísimo suicidio de las mujeres aborígenes que antes de convertirse en una carga para sus maridos guerreros deciden cruzar el sendero del arco iris que les lleva con sus ancestros.
Seediq Bale no solo es una película sobre la lucha de un pueblo contra su opresor, sino de un pueblo que lucha por mantener sus tradiciones y costumbres locales, que se ven amenazadas por los invasores japoneses, este es el tema más significativo e importante del film. Se muestra un conflicto social y cultural más que un odio puramente étnico.
Este film es todo un homenaje a la nobleza y la abnegación de una cultura perdida, a la vida e historia de los aborígenes de Taiwán y sus tradiciones, a esos bravos guerreros que se esforzaron y sacrificaron por proteger su cultura y sus creencias. Pero no por ello nos los intenta presentar como los típicos "buenos de la película", sino que nos los presentan como a unos personajes orgullosos, arrogantes, violentos y crueles, que desprenden una sensación al espectador más de honor y respeto que de simpatía y afinidad.
Y es que la integridad de la histórica, de los personajes y el drama tienen prioridad por encima de la acción y del fácil favor del público.
El director ha reunido a un elenco extraordinario, que realizan unas actuaciones muy carismáticas y potentes; poderosas, emocionales y expresivos actores, profesionales y no profesionales, de ascendencia aborigen.
A destacar el imponente Lin Ching-tai, que interpreta al líder Mouna Rudo de adulto, un rudo y arrogante jefe, un héroe sin temor y orgulloso de sus orígenes y sus tradiciones, que sufre la vergüenza de no haber podido proteger a su clan y su hogar, y que sabe que está conduciendo a su pueblo al suicidio, a la muerte y a su posible extinción.
Es retratado como un hombre feroz e implacable de tradiciones y honores que cree firmemente en la necesidad de convertirse en un hombre de verdad, en un Sediq Bale, y que espera pacientemente una oportunidad para levantarse contra los japoneses.
Técnicamente es un film imponente, una maravilla visual; la fotografía destaca con naturalidad la belleza de los paisajes, y la dirección sin excesos es impecable y siempre a favor de las emociones de historia y los personajes, optando siempre por el realismo en las brutales batallas.
Se le puede acusar de grandilocuente, pero es idónea para la épica y los sentimientos que desprende y narra el film.
También se pueden criticar los efectos especiales, de notarse los efectos realizados por ordenador en los muy pocos momentos que los utiliza, pero es un defecto menor, con el cual no deberíamos quedarnos, ya que quedan empequeñecidos ante todos los demás aciertos, que no son pocos, que hacen que no prestemos atención, ni demos importancia a estas fallas mínimas y sin relevancia.
En definitiva, Seediq Bale es una película monumental y espectacular, todo un espectáculo que nadie debería perderse. Pero además de eso es una película sombría sobre la cultura y la tradición, un drama muy emocional y pasional, una lección de historia y creencias.
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